El director de Análisis de Banco Sabadell expone las principales claves de los mercados
Así es como estamos, otra vez, tras el profundo deterioro de la situación en Italia, que se está viendo reflejado en los mercados de deuda soberana pero no en los de renta variable… de momento. No quedan más oportunidades, estamos en el último partido del campeonato y jugando la prórroga. Hay que evitar llegar a penaltis, quedan dos minutos y hay que ganar aunque sea con ayuda del árbitro: sí, el BCE debe intervenir ya (comprando en el primario) y Alemania liberarle de la presión a la que está sometida la institución. Si no, deberemos enfrentarnos a un escenario, que por desconocido, será aún más doloroso.
Los mercados han puesto punto final a la carrera política de Berlusconi. Apenas superado el último sobresalto procedente de Grecia, la dinámica explosiva de las primas de riesgo soberano periféricas ha sufrido en Italia un impulso hasta referencias insostenibles (por encima de los 550 pb en el diez años, cuya TIR llegó a superar el 7,2%), superiores a las que en Portugal e Irlanda propiciaron en su momento el rescate. La gran diferencia respecto a rescates anteriores es que, por una parte, la situación fiscal en Italia no es tan mala como en la de los otros países rescatados, pero, por otra, Europa carece de un mecanismo operativo adecuado para hacer frente al socorro de una hacienda pública que hasta marzo deberá hacer frente a vencimientos por valor de unos 170.000 millones de euros y con una deuda en circulación de más de 1,8 billones de euros. En esta ocasión no estaría en juego el contagio a otras economías sino directamente la conservación de la moneda única como la conocemos hasta ahora.
La acción desde la zona euro debe ser, en cualquier caso, más decisiva aún. En términos generales, aparte de la necesidad de medidas de ajuste fiscal y reformas para potenciar el crecimiento, las medidas orientadas a compras en los mercados secundarios han demostrado ser de efectividad limitada, siendo cada vez más necesario el apoyo directamente en los mercados primarios. La comunidad internacional tiene las siguientes vías de acción a corto plazo: (i) activación de las nuevas líneas de crédito del FMI acordadas en el G20 y (ii) participación de fondos soberanos en la financiación del FEEF.
Las opciones para salvaguardar la situación empiezan por la primera y clave, que es un mayor protagonismo del BCE. El único instrumento disponible a corto plazo con capacidad de contrarrestar las ventas de deuda periférica es el balance del BCE. La reticencia de la institución y de Alemania a que asuma el papel de prestamista de última instancia significan que solo lo asumirá con determinación en una situación extrema en la que no hacerlo pueda significar la ruptura del euro. ¿Estamos cerca, no?
Estamos en la prórroga. Lo primero para los mercados, que como la semana pasada siguen sin descontar el shock actual con fuertes bajadas, es solucionar el riesgo en el euro, que tendría consecuencias imprevisibles. Luego, ver cómo se toma la recesión esperada y ahora más probable que nunca. Tomando una visión más de medio plazo, los actuales niveles ya parecen descontar un escenario lo bastante adverso, pero habrá que convivir con expectativas a medio plazo desalentadoras.
Nicolás Fernández
Director de Análisis de Banco Sabadell
14 de noviembre de 2011