Artículo elaborado por Garrigues para Exportar para crecer.
Varios son los factores que intervienen en la planificación de la estrategia de internacionalización de una empresa, entendiendo como tal tanto el proceso de comercialización de sus productos en el exterior, como la implantación directa en otro territorio.
En particular, es esencial establecer los objetivos perseguidos con la internacionalización ya que dichos objetivos tienen una incidencia directa en la forma de implantación: si la finalidad es reducir los costes de producción y, por tanto, incrementar la productividad, habrá que recurrir a una implantación directa mediante la constitución de una filial o adquisición de una sociedad local preexistente, desde la que llevar a cabo la fabricación y, todo ello, en solitario o, alternativamente, en compañía de un socio local.
Por el contrario, si el objetivo de la internacionalización es el desarrollo de nuevos mercados para incrementar los potenciales clientes, el mecanismo más adecuado sería la implantación comercial, mediante la suscripción de un contrato de agencia o de distribución o de transferencia de tecnología, entre otros.
La forma de implantación tiene también incidencia en el riesgo que lleva implícito el proceso y los recursos que se destinan a la internacionalización. Así, la implantación comercial supone, generalmente, un riesgo y dedicación de recursos inferior a cualquier otro tipo de implantación directa.
Por lo que respecta a las implantaciones comerciales, dada la existencia de varias jurisdicciones implicadas (la del principal y la del distribuidor), es conveniente que la suscripción de cualquier contrato quede formalizada por escrito evitando, con ello, cualquier duda en relación con el derecho aplicable a la relación comercial y estableciendo, además, el marco jurídico de dicha relación especialmente, pero sin carácter limitativo, por lo que respecta a las consecuencias derivadas de una eventual terminación de la relación, como son el pago de indemnizaciones por daños y/o perjuicios y compensación por clientela.
Junto al análisis de la forma de implantación, resulta indispensable analizar el mercado de destino y disponer de un plan de viabilidad de la inversión. Todo ello, unido a un estricto control de la inversión, resulta esencial para culminar con éxito la internacionalización de cualquier empresa.
Exportar para crecer, programa del que forman parte AMEC, Arola, Banco Sabadell, CESCE, Esade y Garrigues, tiene como objetivo fomentar y facilitar la actividad exportadora.
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