El director de Análisis de Banco Sabadell expone las principales claves de los mercados
Como esperado, el lunes se cerró un acuerdo sobre el rescate de Grecia. Las grandes líneas del acuerdo fueron: (i) canje de deuda y quita (superior al 70% en términos de valor neto presente); (ii) el BCE no asume pérdidas y repartirá los beneficios entre los Bancos Centrales nacionales; (iii) paquete de ayudas por 130.000 M euros depositado en cuentas bloqueadas con las que se pretende priorizar el servicio de la deuda y liberar los fondos a medida que Grecia cumple con sus compromisos.
La semana que viene varios parlamentos (Alemania y Finlandia) darán el visto bueno al rescate, no esperamos mayores problemas en este frente. El 1-2/marzo tendrá lugar la reunión de líderes europeos donde aparte de concretar el rescate también se podría tratar la relajación de los objetivos de déficit (ante la rebaja en las estimaciones de crecimiento para la Eurozona publicada por la CE: desde +0,5% a -0,3%), lo cual tendría una buena acogida en periféricos, sobre todo en Renta Variable. Antes de esto tendrá lugar la reunión del G20 (25-26 de febrero) donde aparte de seguir debatiéndose la aportación de terceros para combatir la crisis en Europa (las expectativas de que se concrete nada son bajas), se podría detallar la contribución del FMI al nuevo rescate griego (se espera en torno a 15%).
El mercado ya descontaba que se llegaría a algún tipo de acuerdo y no reaccionó a la noticia. Sin embargo que el BCE no asuma pérdidas tiene ciertas implicaciones a medio plazo. En primer lugar, limita la efectividad de las compras del BCE en el mercado secundario (y probablemente pone un final a la misma) y desvirtuaría la lectura que se pueda hacer de la prima de riesgo. A esto se añadiría una nueva prima regulatoria aplicable a la deuda europea debido a la ampliación de cláusulas de acción colectiva de forma retroactiva y alteración del seniority entre inversores.
Las subastas de liquidez a 3 años del BCE el próximo 29 de febrero volverán a ser la clave para mantener el buen tono en los mercados y limitar el riesgo de corrección en bolsas y deuda. El consenso de mercado apunta a una demanda de 500.000-600.000 M euros, una cantidad inferior podría llevar a nuevas correcciones bursátiles.
Por el lado positivo, aunque se perciba cierto agotamiento a corto plazo (hemos vivido una semana de recortes, superiores en España, pero es que ya hemos dicho muchas veces que estamos peor), tomando una perspectiva de medio plazo, la Renta Variable sigue cotizando a niveles históricamente atractivos y los niveles de prima de riesgo también están muy por encima de su media histórica, lo que si bien no asegura que los valores cotizados coticen a todo su potencial, sí al menos limita las potenciales caídas.
A los riesgos periféricos (es muy probable que tanto Portugal como Grecia vuelvan a necesitar una revisión de sus paquetes de rescate y de que España no cumpla con sus compromisos de ajuste fiscal para 2012), se ha unido el petróleo. Éste continúa su tendencia de subidas por las dudas sobre Irán (decepción sobre la infructífera visita de la IAEA a Iran) y la ola de frío tanto en Europa como en EE.UU. (reflejada por la subida del precio del Gas en EE.UU. cercana a 5% en los últimos 7 días). A corto plazo esta situación podría seguir impulsando el precio del crudo hasta niveles de 130 dólares/barril, nivel en el que empezaría a ponerse en serias dudas la reactivación del crecimiento económico en Europa. No obstante, el mantenimiento (posible aumento) de las compras de crudo iraní por parte de China (vs reducción de compras a Sudán) y la entrada de la primavera, debería contribuir a volver a relajar parcialmente el precio.
Por todo ello, aún en el caso de producirse una toma de beneficios, esta podría constituir una oportunidad de inversión.
Nicolás Fernández
Director de Análisis de Banco Sabadell
28 de febrero de 2012