Rafa puede con la lluvia, con el viento, con un mal arranque de partido y con cualquier circunstancia que se le ponga por delante. Hoy ha sobrevivido a un inicio fulgurante de Nico Almagro (3-0 arriba de comienzo para el murciano) y a unas condiciones endiabladas para acabar dominando la final del Barcelona Open Banc Sabadell que ha ganado 6-4 y 6-3 en una hora y treinta y dos minutos.
Hay que hacer demasiadas cosas, demasiado bien y durante demasiado tiempo para batir a Nadal. "Hay un monstruo que está por encima de los demás" dijo Almagro a pie de pista tras el partido. Contra ese monstruo tenía que luchar y salió con la lección bien aprendida y las armas bien afiladas. En los tres primeros juegos disparó pelotazos desde ambos lados de la pista y mientras la precisión le acompañó Nadal se sintió encadenado y sin respuesta al aluvión de golpes como piedras y ángulos mortíferos a los que le estaban sometiendo. La lluvia que cayó durante la primera media hora pareció cortocircuitar el juego natural de Nadal que encadanaba fallo tras fallo. "Las condiciones han afectado al juego de los dos, pero yo sólo puedo hablar de lo que yo siento. A mí estas condiciones no me favorecen, prefiero una pelota más viva, que pique más alto y que me permita desplazar al rival", en su análisis de sus flojos primeros minutos de encuentro. Pero como tantas otras veces que las cosas no van como debieran, el malloquín, que por algo ha ganado ya con este 54 títulos ATP, le pasó el antivirus a su juego y encontró los ajustes que necesitaba.
Paró la sangría de errores no forzados, dio con la proporción justa con la que mezclar golpes liftados con otros más agresivos y consiguió recomponer la figura al mismo tiempo que meterle las dudas en el cuerpo a Almagro. El empate a tres le sentó como un tiro. Creía tener el partido donde lo quería y en menos tiempo del que hubiera imaginado había vuelto a en la casilla de salida, con el marcador empatado y Nadal amenazando. A partir de ahí el partido ya sólo tuvo un dominador. Nadal no dejó ya más que Almagro le amedrentara con su feroz golpeo de la pelota y construyó una autopista que le llevó directamente al título ya sin molestias ni interrupciones.
El resultado de hoy lanza las opciones de Nadal cara a Roland Garros. Su inicio de temporada ha sido extraordinario: 26 partidos ganados por sólo dos perdidos, lo que se traduce en cuatro títulos conseguidos en seis finales, ronda a la que parece haberse imantado tras recuperarse de sus problemas en su rodilla. Razones no le faltan para afirmar que esta victoria ha sido especial y que "jamás podría haber imaginado hace cuatro meses que iba a jugar seis finales consecutivas". Aunque él siempre diga que va partido por partido y semana por semana su objetivo es llegar a París, a la tierra de Roland Garros en perfectas condiciones y por supuesto, ganar. La leyenda de Nadal se cimenta sobre victorias épicas de dominación absoluta de torneos como este Barcelona Open Banc Sabadell que, ante todo, es su casa.
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