Kei Nishikori ya no es una promesa. Con su clara victoria por un doble 6-2 ante el colombiano Santiago Giraldo, ha confirmado las sensaciones que había ido mostrando durante toda la semana en el Barcelona Open Banc Sabadell y durante los tres primeros meses del año con semis en Miami incluidas. Hacen falta muchas cosas para llegar a los diez primeros y mantenerse allí, pero Kei las tiene todas.
Tras once años consecutivos con un campeón español, el Barcelona Open Banc Sabadell vio hoy una final inédita y, sobre todo, muy desigual. Nishikori empezó dubitativo y Giraldo muy atento a su plan de no generar más velocidad de la precisa para evitar que el japonés le contraatacara. Con dos a cero en el marcador una bola dudosa mal arbitrada por el juez de silla marcó el declive del 65 del mundo y la ascensión de Nishikori, que aparecerá mañana lunes como número 11 de la ATP. Siete juegos seguidos fueron la consecuencia de la superioridad total de Nishikori en todos los aspectos del juego y de la debilidad extrema de Giraldo con su servicio, precisamente el arma que tan bien le había protegido de mayores disgustos durante toda la semana.
Los nervios propios de rematar y cerrar el partido le duraron exáctamente dos puntos a Nishikori: un error no forzado y una doble falta y al tercer punto de partido el 62 trofeo Banc Sabadell viajó por vez a la vitrina de un jugador nipón. Abran paso a Kei Nishikori.
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