"Veo un partido complicado, pero siempre que salta Rafa Nadal a una pista de tierra batida, él es el favorito". Ese es al análisis de Albert Costa, director del Barcelona Open Banc Sabadell - Trofeo Conde de Godó, sobre la final que enfrentará a partir de las 4 de la tarde al mallorquín, nueve veces campeón, contra el "talentazo" austriaco, Dominic Thiem.
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Los dos buscan su segundo título de una temporada en la que ambos están mostrando un estado de forma envidiable. De hecho, Costa advierte del extraordinario potencial de Thiem: "Llegar al número 1 es muy difícil, pero tiene potencial. Acaba de ganar a Murray, viene con confianza y es muy bueno en tierra batida. Todo esto le hace un rival muy peligroso para Rafa hoy".
La reflexión sobre el momento de Rafa Nadal pasa, según Costa, por contextualizar el encuentro de "semis" de ayer del balear, donde a pesar de ganar 6-3 y 6-4 al argentino Zeballos, no exhibió un gran tenis, en contraste con el "partidazo" de Thiem frente al número uno del mundo: "Fue un partido incómodo para Rafa, no se sentía a gusto. El rival era difícil. De hecho, Zeballos ya le había ganado en Viña del Mar, y las condiciones de viento y humedad no eran buenas para Rafa". Aún así, su temporada está siendo espectacular y sus torneos se cuentan, como mínimo, por finales: Australia, Acapulco y Miami, con el título de Montecarlo como joya de la corona hasta el momento.
Ahora Nadal buscará precisamente repetir la gesta histórica de inscribir su nombre por décima vez en la lista de ganadores de un torneo. Un logro que no ha conseguido nadie y que Rafa se anotó ya la semana pasada en Montecarlo. Ganar en Barcelona su título diez significaría por tanto doblar una proeza ya de por sí hercúlea.
Pero la cita con la historia tiene antes una parada en la estación del futuro: Thiem, 23 años, ya no es una promesa, es todo un peligro. Su pelota sale disparada de su derecha y su revés es cualquier cosa menos un punto débil. Ayer mismo Murray fue una y otra vez martilleado desde ese ala con golpes paralelos de enorme mérito. Así las cosas, el nueve mundial buscará hacer valer su repertorio, desbordar a Nadal y conseguir, precisamente, su trofeo número nueve en una carrera deportiva que, si las cosas no se tuercen, está llamada a protagonizar los próximos años del tenis mundial.
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