En el proceso de internacionalización de un negocio intervienen muchos factores. La decisión de exportar nuestro producto o iniciar nuestra actividad en nuevos países no se basa solo en el intercambio o puesta en marcha de nuestro producto o servicio en los nuevos mercados, sino que hay otros aspectos generales sobre comercio internacional que debemos conocer y valorar antes empezar. Entre ellos, un punto importante a tener en cuenta son las leyes que regulan ese comercio internacional.
Aunque en ocasiones el sistema puede parecer muy complejo, en los últimos tiempos se han intentado constituir normas y prácticas para facilitar el flujo entre países. Entre ellas destacan:
- Prácticas regionales internacionales: Una de las primeras normativas en ser creadas, en 1936, fueron las reglas comerciales internacionales conocidas como Incoterms. Estos orientan al comprador y al vendedor al fijar la repartición de los costes, el riesgo del transporte y las responsabilidades sobre seguros y derechos de aduana.
- Contratos modelo: Este tipo de contrato ayuda a definir los enfoques jurídicos de distintos países y culturas y dan respuesta a las preguntas más frecuentes sobre la redacción de acuerdos comerciales internacionales.
- Tratados comerciales: En estos tratados se establecen las reglas básicas en materia de ventas, arbitraje, patentes, registros de marca, transporte y otras cuestiones que afectan al comercio internacional. Cuando un país ratifica uno de estos tratados, significa que está adoptando un contexto jurídico seguro y reconocido internacionalmente para el comercio.
- Leyes modelo: Para buscar un cierto dinamismo en la legislación internacional y flexibilizar los tratados comerciales, la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional creó un procedimiento de armonización por medio de estas leyes modelos, que los países deciden si incluir a su propia legislación.
- Armonización de la legislación regional: Con estos sistemas se busca estimular el comercio intrarregional, aunque también con otras regiones, abriendo la posibilidad a potenciar la economía de escala.
- Arbitrajes: En el caso del comercio internacional, la tendencia es, cada vez más, intentar arreglar los conflictos que puedan surgir fuera de los tribunales. Por ello, casi todos los países han creado centros de arbitraje en sus cámaras de comercio, con fines prácticos como poner fin a la gran acumulación de casos sin resolver.
En este contexto, el principal órgano que vela por que el comercio internacional se realice de manera fluida, libre y sin conflictos es la Organización Mundial del Comercio. Así, esta se presenta como una entidad cuyo objetivo es el de “ayudar a los productores de bienes y servicios, los exportadores y los importadores a llevar adelante sus actividades”. Sus funciones, dentro del sistema son, entre otras, administrar el sistema mundial de normas comerciales, ser el foro para las negociaciones de acuerdos comerciales, ocuparse de la solución de las diferencias comerciales entre los países miembros y atender a las necesidades de los países en desarrollo. Muchas de las normas y prácticas anteriormente expuestas, se definen, modifican y evolucionan a partir del trabajo realizado en la OMC.
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