Las empresas tecnológicas e innovadoras suelen seguir modelos de negocio de rápido crecimiento, lo que complica la gestión del día a día de la compañía y todos los elementos y personas que la componen.
Hablamos de empresas muy intensivas en tecnología, que requieren equipos técnicos sofisticados; potentes ordenadores, equipos específicos para desarrollo y para diseño, equipos portátiles, procesamiento de datos, servidores, etc. Los equipos quedan obsoletos con rapidez, dado que el mercado de la tecnología es muy competitivo y está en el ADN de las startups disponer de tecnología puntera que permita desarrollar sus productos y modelos de negocio con las mayores garantías de éxito.