Japón es la tercera economía mundial, con una población de alto poder adquisitivo, una elevada tasa de ahorro y una intensa promoción del desarrollo industrial y comercio exterior. El país se caracteriza por contar con un sistema económico y financiero abierto, liberal y sólido, además de un sistema jurídico estable y fiable
No obstante, el mercado japonés, caracterizado por ser más bien introvertido, no es tan fácil. Conseguir entrar y establecerse en él es complicado, por lo que tener presencia en él se convierte en todo un símbolo de excelencia.
En este contexto, ¿qué fortalezas presenta Japón a la hora de escogerlo como país para exportar?
- Gran mercado para bienes de consumo, donde prima la calidad por encima del precio.
- Exportador de electrónica y alta tecnología. Gran potenciador de intercambio I+D.
- Receptor de inversión extranjera de calidad, principalmente en nuevas tecnologías y energías renovables.
- Japón lleva años invirtiendo en España de manera constante.
Eso sí, la empresa que decida introducir sus productos en el mercado japonés debe tener paciencia, constancia, dedicación y entrega, ya que los japoneses muchas veces son lentos en la toma de decisiones. Otra de las debilidades con las que nos encontramos al exportar a Japón es su marcado nacionalismo en las pautas de consumo, considerando siempre los productos locales de mejor calidad que los extranjeros.
Japón es un mercado de oportunidades que requiere de un gran esfuerzo para salvar ciertas barreras no arancelarias. Una vez superadas, es un país que ofrece muchas ventajas, resultado de la alta fidelidad del cliente japonés, del compromiso, de la seguridad en los cobros y de su agradecimiento continuo.
El país carece prácticamente de recursos naturales, por lo que se abastece gracias a la importación, convirtiéndose en el quinto país en compras de este tipo de productos. También ofrecen oportunidades para la importación los bienes de consumo, la moda y el calzado, a la vez que los materiales para la construcción, los componentes del automóvil y todo aquello relacionado con el turismo y el ocio. Además, toma fuerza el sector químico y farmacéutico y las energías renovables.
Respecto a los posibles formatos para entrar en el país, encontramos cuatro vías:
- Oficina de representación: carece tanto de personalidad como de capacidad jurídica propias. Sus actividades son por cuenta de la matriz y se limitan a recoger y procesar información, actividades de exploración y promoción.
- Sucursal: en la práctica ha quedado vinculada solo a las entidades financieras. Las sucursales en Japón no tienen estatutos legales ni capitales propios. Su capacidad de contratación, de gestión y sus obligaciones contables y fiscales son responsabilidad directa de la matriz.
- Sociedad mercantil: SA o SRL, se rigen por la Ley de Sociedades y el Código de Comercio. El capital social para ambas puede ser de 1 yen y debe tener un socio o más.
- Joint-venture: las empresas extranjeras no están obligadas a tener un socio local. La creación de una empresa mixta o joint-venturevendrá justificada cuando el socio aporte contactos o relaciones mercantiles y financieras en el país.
En cualquiera de los casos, y como siempre que se piense en exportar a un nuevo país es necesario conocer sus costumbres y su forma de negociar. En este sentido, algunos consejos de negociación y protocolo a tener en cuenta son:
- Conocer que perduran protocolos, valores y normas de conducta conservadores que hay que respetar.
- La armonía prevalece sobre el conflicto. Los japoneses son hospitalarios, amantes del orden, de la pulcritud, del minimalismo, de lo natural y del equilibrio, y están muy orgullosos de su país.
- La seriedad en los negocios hace que sea un país fiable, aunque no exento de dificultades debido a su peculiar idiosincrasia. Una negativa por nuestra parte puede interpretarse como falta de flexibilidad y ausencia de interés.
- Es crucial identificar a las personas con poder de decisión en las empresas.
- Las pymes japonesas tienen un marcado carácter familiar.
- Los japoneses están muy orgullosos de su país, de su sistema político y de su historia. Conviene evitar referencias a un pasado en el que puede haber división de opiniones.
En este contexto, Banco Sabadell, a través de sus expertos en Negocio Internacional, se convierte en un aliado para iniciar negocios en Japón. Banco Sabadell cubre Japón desde su oficina en Shanghái, establecida desde 2005, y ofrece servicios como:
- Asesoramiento en el establecimiento de la empresa española en Japón, prestando un servicio especializado e individualizado.
- Seguimiento de las operaciones de importación o exportación de productos a Japón a través de la relación desarrollada con la banca local.
- Apoyo de proyectos y licitación mediante la emisión de avales y garantías emitidas a la banca local.
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