Abrir una sucursal o una sociedad en un nuevo país supone, en muchas ocasiones, desplazar trabajadores de la sede para poner en marcha ese nuevo negocio en el extranjero. En este contexto, será importante para la empresa trabajar en la adaptación del personal al nuevo destino para asegurar el éxito de su misión.
Así, antes de trasladar al personal al nuevo país, la empresa deberá compartir con ellos su trabajo realizado sobre la cultura y las costumbres de su nuevo lugar de trabajo, de manera que puedan entender mejor el funcionamiento no solo laboral, sino también sociocultural de su destino e integrarse en el nuevo mercado.
Los empleados desplazados deberán estar comprometidos con el proyecto y mantenerse en constante comunicación con la sede, para que los directores conozcan el funcionamiento en el nuevo mercado pero, sobre todo, para que no se sientan desplazados del proyecto por no estar en el mismo sitio que el resto del equipo.
