Un punto de inflexión.
La COVID-19 lo ha cambiado todo: la manera de vivir, la forma de relacionarnos y el modo en que consumimos. Y, ahora, también cambiará la forma de analizar los riesgos de internacionalización de nuestras empresas.
Los riesgos son una variable inherente a toda decisión empresarial, pero se incrementan cuando una empresa se internacionaliza. Por eso es importante que, en una introspección de mercado foráneo, listemos los posibles escenarios que podríamos encontrar. Conocemos los riesgos habituales, como las variaciones del ciclo económico de cada país o el riesgo político asociado a las actuaciones gubernamentales, pero ¿qué hay de los riesgos poco perceptibles?
Detectar activamente las señales y aprovechar las oportunidades de inmediato para contrarrestar amenazas pueden guiar a una empresa hacia el éxito. La capacidad de responder rápida y adecuadamente a imprevistos es lo que define si una empresa ha hecho un buen análisis previo de su entorno.
Los tipos de riesgos poco perceptibles que podemos encontrar, y que ahora va a ser muy importante prever, tienen un cariz más social. También entran en juego factores medioambientales y geopolíticos derivados de la globalización, y un factor de riesgo muy difícil de pronosticar: la importancia del mercado local. A continuación, detallamos tipos de riesgos que hay que tener en cuenta:
Riesgos coyunturales habituales
- Tensiones comerciales: hay que evaluar las relaciones comerciales que defiende el país donde queremos integrarnos, ya que puede que mantenga una trifulca comercial que afecte a exportaciones necesarias para nuestros productos. Actualmente, podemos referirnos al conflicto comercial entre EE. UU. y China, que se inició en 2018 y perdura hoy en día, afectando al mercado tecnológico.
- Devaluación monetaria: Es un factor que se puede olvidar fácilmente, pero en realidad causa un impacto significativo en los negocios internacionales, ya que las transacciones comerciales generalmente se realizan en varias monedas. En economías emergentes, por ejemplo, el valor de una moneda está sometido a fluctuaciones a menudo derivadas de la inversión extranjera.
- Catástrofes naturales: la naturaleza es impredecible, pero hay señales que nos pueden ayudar a advertir los riesgos derivados de una catástrofe natural. Las estadísticas nos permiten crear un mapa de tendencias para detectar qué zonas del mapa son más propensas a sufrir las devastadoras consecuencias de un ciclón o un tsunami.
Riesgos del siglo XXI
- Geopolíticos: hoy en día, las probabilidades de que un territorio occidental entre en un conflicto armado son escasas, pero aun así podría suceder. No muy lejos quedan la crisis de Crimea en 2014 o el intento de golpe de estado en Turquía en 2016. Estar al corriente de tensiones subyacentes en el ámbito geopolítico de nuestro país de destino nos permitirá explorar posibles escenarios de crisis.
- Exigencias medioambientales: las políticas medioambientales están a la orden del día para intentar reducir la contaminación y la generación de residuos. Es importante tener en cuenta los acuerdos a los que está suscrito el país de destino para estar alineado con futuras exigencias en materia medioambiental.
- La importancia del mercado local: Conocer en profundidad la cultura, hábitos y costumbres sociales de los consumidores potenciales es importante, ya que nos ayudará a prever fluctuaciones en los hábitos de consumo.
Nuevos riesgos invisibles: las pandemias
En el año 2020, el concepto “pandemia” ha tomado una magnitud hasta ahora desconocida. El mundo ya se había enfrentado a epidemias en las últimas décadas: la gripe A, el virus de Zika o el Ébola, pero el alcance mundial y el impacto devastador que ha tenido la crisis del SARS-CoV-2 en el mundo globalizado marcan un punto de inflexión.
A partir de este momento, será imprescindible que cualquier empresa con voluntad de internacionalizarse detecte si su país de destino dispone de los recursos necesarios para afrontar las restricciones derivadas de una pandemia.
Y ahora, ¿hacia dónde vamos?
Según el último informe mensual de comercio exterior publicado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España, los datos de 2019 previos a la crisis de la COVID-19 mostraban una tendencia hacia la desaceleración, tanto de exportaciones como de importaciones. La concentración geográfica de las exportaciones no se reducía, sino que incluso aumentaba ligeramente. Ahora, las perspectivas de cara al futuro se presentan inciertas, dada la tendencia hacia la desaceleración del comercio internacional, agravadas por la crisis del coronavirus. Para prepararnos ante este escenario voluble e incierto, nuestro mejor aliado será la evaluación de riesgos.
Recuerda que, para ayudarte a analizar el mercado de destino, Banco Sabadell pone a tu disposición Sabadell Go Export, la guía de servicios y asesoramiento que te ayudará a encontrar la información necesaria y los mejores partners para todo el proceso de internacionalización.
Si tienes cualquier duda o consulta, recuerda que estamos a tu disposición todos los días las 24 horas en el 963 085 000, en [email protected] o en nuestras redes sociales (Twitter, Facebook e Instagram)
Comentarios