Tino Prat, especialista en transformación personal, nos explica en esta jornada #SabadellForum cómo un conflicto puede convertirse en una oportunidad para enriquecer nuestra personalidad y habilidades. Para Prat, es muy importante la gestión de las emociones. Solo así pudo superar la depresión que, según relata, pasó cuando después de haber salvado de una quiebra a la empresa de su familia a los veinte años de edad, trece años después la empresa quebró diez veces más fuerte. Debemos saber que existe una nueva relación entre la OMS y la empresa saludable, debido a la implantación de la nueva definición de salud que dice que es el estado completo de bienestar físico, psicológico y social, y no la mera ausencia de enfermedad.
El creador del Instituto Wang para la transformación personal y organizacional, nos insta a no identificarnos con aquello que hacemos, porqué lo que hacemos lo podemos cambiar. Tenemos que comprender cuál es nuestra zona de confort, aquella donde estamos cómodos, pero en la cual no estamos bien. Para ser feliz, Tino subraya que necesitamos consciencia.
Este empresario también explica que queremos insistir en aquello que no funciona y nos pensamos que tenemos razón. Esta es la principal causa de los conflictos que nos surgen. Debemos ser conscientes de que las discrepancias entre personas es algo inherente y que es inevitable que en algún momento suceda algún conflicto. El conferenciante recalca que la discrepancia enriquece: “Lo que yo no veía, es lo que para otro fue su éxito de futuro, yo no lo entendí ni le quise hacer caso.” La discrepancia es sana, hay que evitar encerrarnos en nuestra zona de confort y dudar de nuestros razonamientos. Veamos en la discrepancia el enriquecimiento de nuestros modelos.
Según Tino Prat, estamos demasiado habituados al dolor, que es el gran impulsor de nuestras conductas. Desde muy pequeños estamos predispuestos en centrar la atención en aquello que nos produce dolor, más que en lo que nos produce sensación de placer. Tú no eres lo que haces, es una programación que parte desde que te estás constituyendo en el vientre de tu madre. Y es que un minuto de mal rollo puede producir que nuestro sistema inmunitario esté en déficit por cinco horas.
¿Y cómo puedo corregir mi manera de pensar? Para este profesor la clave está en observar con consciencia nuestra inteligencia: “Parar un poco y verse a uno mismo con calma.” Nuestro ego, que debería ser nuestro gran aliado, se convierte muchas veces en nuestro peor enemigo. Sentimos placer cuando estamos mal, cuando sentimos que debemos estar mal. Solo salimos de nuestra zona de confort si no aguantamos más el dolor. En realidad, huimos del dolor, pero lo acabamos atrayendo porque nos cuesta salir de esa área de estabilidad.
El modelo Wang habla de seis consciencias:
- El cuerpo, que es el primero al que te diriges para ver cómo te encuentras;
- la energía que mueve el cuerpo;
- las emociones, el cómo te sientes y eso te da energía;
- el intelecto, o que espero yo, la comparación continua. Si hay mucha diferencia o no, me sentiré de una manera u otra;
- la conducta, que al hilo de la consciencia anterior, se trata de cómo me comportaré con la sociedad;
- y la consciencia, es decir, esa parte consciente que puede observar el pensamiento.
Los principios fundamentales del Wang, nos acercan o alejan de nuestra paz interior. La actitud como yo afronte la vida, donde yo ponga la atención en mi vida y la capacidad de observar mi pensamiento que funciona por juicios pero no creérmelos (no juicio = perdón), así como saber perdonar a los demás y a nosotros mismos.
Prat destaca que todos tenemos valores y cualidades que no valoramos porqué las tenemos. Hay que analizar cuáles son tus cualidades y trabajar en potenciarlas. Por otro lado, los prejuicios nos ayudan a establecer relaciones, muchas veces erróneas, porqué están basados en nuestras experiencias de fracaso del pasado. “Duda de tus prejuicios,” nos pide el fundador del Instituto Wang. Si yo siempre estoy haciendo lo mejor que sé, ¿cómo es que tengo conflicto? Pero piensa que el de tu lado pensará como tú sobre él mismo. Por lo tanto, o subimos nuestro nivel de consciencia o seguiremos repitiendo el patrón. La clave está en entender que uno mismo hace lo mejor que sabe, pero que puede hacerse mejor. La neurociencia dice que el ser humano siempre hace lo mejor que sabe. Detrás de esto hay una intención positiva, por lo tanto, será más fácil perdonar a alguien que cometa un error.
El empresario también nos da datos en esta conferencia que demuestran que no somos capaces de ver la realidad, ya que el grado de consciencia de cada persona es muy bajo versus la realidad que tenemos delante. Una vez más, transmite la idea de que para trascender de nuestros fracasos, tenemos que salir de nuestra zona de confort.
Actitud + Atención panorámica + Perdón = Consciencia Wang
Tino reflexiona sobre lo que las empresas antiguas tienen en común para seguir en pie y con éxito: Consciencia + Amor = Éxito. Y nos invita a no discutir llenos de rabia, de enfado... Instándonos a respirar y a ser conscientes de donde ponemos nuestra atención. “Si no tu cerebro no está funcionando bien,” añade Prat. La gestión de las emociones es lo primero, y la meditación después. Reitera que el conflicto es inherente en las relaciones humanas y que en los conflictos que tenemos hemos tenido algo que ver. Tenemos que intentar rebajarlos.
¿Tener razón o buscar solución? - La aceptación: En un conflicto siempre hay detrás la “no aceptación” de uno mismo. Y lo mismo les sucede a los demás. Por lo tanto, o los aceptas o, si no, no los perdonas. Cuando hay un conflicto siempre pensamos que la culpa es del otro. Habría que ver en qué punto estamos en una relación, ya sea personal o profesional: en cuanto al miedo - amor y la discrepancia-consenso, teniendo en cuenta que siempre habrá discrepancia, ya que la percepción de la realidad es limitada para todos. Pero a lo que sí podemos llegar todos es a un consenso, partiendo que de acuerdo en todo es imposible estar.
En una relación cuanto más amor y mayor consenso, mayor estabilidad. Si existe miedo y discrepancia, esto será sinónimo de conflicto. Si en cambio tenemos miedo y consenso, entonces estaremos ante un cuadro de inestabilidad. Por el contrario, si lo que tenemos en nuestra relación es más amor y discrepancia, daremos lugar a la innovación; este tipo de relación es la mayoritaria en las empresas españolas. El objetivo de toda relación fructífera tendría que ser mantener el amor e intentar consensuar.
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