En #SmartWork by #SabadellForum conversamos con el experto en motivación y gestión del entusiasmo Víctor Küppers, formador y conferenciante, para conocer las claves para ser positivo y estar mejor con uno mismo.
De la mano de este formador y conferenciante conocemos cómo sacar lo mejor de nosotros mismos, valorando lo cotidiano y buscando momentos que nos hagan feliz.
#SabadellForum | Víctor Küppers, formador y conferenciante: "La pérdida del ánimo nos hace que dejemos de ser una persona extraordinaria pero podemos trabajarlo porque la actitud es nuestra elección" #PsicologíaPositiva #EstarDondeEstés pic.twitter.com/ioT97ZSqXG
— Banco Sabadell (@BancoSabadell) October 16, 2020
Victor Küppers concedió una entrevista a la D. de Comunicación Interna de Banco Sabadell que fue publicada en la revista interna Sabadell IN, de la cual compartimos las principales claves.
Victor Küppers (Eindhoven, 1970) es actitud pura. Contagia entusiasmo, buen rollo, al tiempo que genera sonrisas y bastantes carcajadas. Pero no cuenta chistes ni bromas sino reflexiones serias, pensadas y bien documentadas sobre la manera de ser de las personas. Tiene conocimiento –‘me limito a leer a los expertos’ – y habilidad –‘me dedico a la formación por vocación, es un trabajo fantástico’, pero sobre todo actitud: ‘Creo en la suerte y soy de las personas que tienen mucha suerte, soy el del churro.’
Licenciado en ADE y doctor en Humanidades, Küppers disfruta hablando de psicología positiva. Asegura que no es ningún experto, tampoco muy inteligente, ni crea ideas nuevas. “Me limito a copiarlas y transmitirlas.” Sin embargo, las empresas se lo rifan para que inspire a sus equipos en materia de motivación y ventas con la sabiduría de los sabios que admira: Martin Seligman, Stephen Covey, Victor Frankl, Anthony de Mello, Tolstoi, Charles Dickens…
Ni experto, ni muy inteligente, ni creador de ideas. ¿Cómo se alcanza el éxito de ese modo?
Para mí el éxito son los hijos, la pareja y los amigos. Esos logros son mayores que cualquier triunfo profesional. Solo explico cosas que todos sabemos, pero que necesitamos recordar. Lo más importante son las ideas, no quien las explica.
Pero la marca Küppers hoy es un referente para los departamentos de recursos humanos de cualquier empresa de este país.
Creo que vivimos en una sociedad estresante, con muchos problemas e inquietudes. Y de vez en cuando necesitamos escuchar cosas positivas para no perder la ilusión y la esperanza. Hay que parar y recordar cosas obvias y evidentes, pero que el día a día nos las difumina. No hay que perder el foco en las cosas importantes de la vida. Eso es lo que trato de hacer.
Dices que nuestros hijos nos valoran por cómo somos y no por el cargo que uno ostente en una empresa. Sin embargo, se puede perder el foco por una desmesurada ambición profesional, una ambición a veces alimentada por la propia organización. ¿Quién tiene más responsabilidad, la persona o la empresa?
Ambos. Hay entornos profesionales que generan esa ambición y te convencen de que tu gran objetivo vital es promocionar a senior, luego a manager, después a territorial manager y si puedes a continent manager worldwide. No obstante, cada uno tiene la responsabilidad de definir cuál es su proyecto de vida, objetivos y valores, y no dejarse arrastrar por una sociedad de envoltorio y de escaparate.
También sostienes que las emociones no hay que esconderlas porque si las evitamos nos convertimos en sociópatas. ¿Qué opinas de los que argumentan que al trabajo hay que venir llorado de casa y con la motivación bien alta?
Hay mucho directivo que se escuda en esa frase para no cumplir su misión, que es inspirar, influir, motivar y ayudar al equipo. Muchas personas van a trabajar desmotivadas a causa de este tipo de jefes. Recuerdo una vez a un directivo que me dijo que tenía un equipo de desgraciados desmotivados. Por educación no le contesté, pero pensé que tal vez estaban muy motivados hasta que le conocieron a él.
Un líder, ante una crisis, ¿debe mostrar sus emociones o es mejor que proyecte fortaleza, calma o frialdad para no aumentar la preocupación?
Ser humano y mostrar tus emociones, temores o preocupaciones es algo positivo. El problema es si ese líder se deja arrastrar por ese estado de ánimo y no lo afronta ni lo enfoca adecuadamente con valentía, calma y fortaleza.
Insistes en que lo más importante, al final, es ser buena persona. ¿Cómo se combina una gran ambición profesional y ser buena persona sin dejar cadáveres en el armario?
Nuestra vida se basa en relaciones humanas. Nos gustan las buenas personas, las que transmiten confianza, integridad, honestidad, respeto, alegría, generosidad. La ambición profesional tendría que ser compatible con esas actitudes. Pero no hay que ser ilusos. Vivimos en un capitalismo salvaje en que el dinero está siempre en el centro. Eso no quiere decir que dejemos de luchar por poner a la persona en el centro.
Pero descubrimos casos desalentadores de conductas poco edificantes que han llegado a lo más alto. Por ejemplo, el comportamiento del último presidente de EE.UU., Donald Trump, es más que cuestionable.
Muchas veces gana el dinero, la corrupción y la injusticia. Por eso tenemos que aspirar a cambiar las cosas y no mirar a otro lado, no pensar que no va con nosotros. No podemos dejar de esforzarnos para hacer un mundo más justo, más igualitario, más solidario. Martin Luther King dijo: “En esta generación no tendremos que arrepentirnos de lo que hacen las personas malas, sino del pasmoso silencio de las personas buenas.” Si los buenos tiran la toalla, ganan siempre los malos.
La psicología positiva sostiene que no hay que perder el ánimo. ¿Cómo se anima a alguien que vive en una situación límite, dramática?
Tenemos que diferenciar dos tipos de problemas: dramas y circunstancias a resolver. Muchas personas tienen circunstancias a resolver y van por la vida sin ánimo, sin ilusiones. Eso es lamentable. Solo nos damos cuenta de que son pequeños problemas cuando nos toca uno gordo. Para las personas que viven un drama el enfoque es diferente, pues tienen derecho a perder la alegría, a no sonreír. Los que afrontamos circunstancias a resolver no podemos acogernos a ese derecho. Nuestra obligación es no hacer un drama de pequeños problemas y ayudar a aquellos que sí viven un drama.
¿Qué aspectos positivos nos aportará la actual situación de pandemia que vivimos?
Es una pregunta para un sabio. Tal vez volvamos a valorar lo cotidiano: la salud de nuestros padres, lo importante que son las personas que queremos, lo chulo que es dar un abrazo… y reordenemos nuestras prioridades diferenciando lo que es importante de una chorrada.
Cuando se escuchan pronósticos de un futuro complicado subrayando que las nuevas generaciones vivirán peor que sus padres, ¿qué mensaje se debería transmitir a los hijos?
Nuestros hijos necesitan que les dediquemos mucho más tiempo del que les damos. Sobre todo tiempo para dialogar, escucharles y entenderles. Tenemos que ayudarles. Soy partidario de explicar las cosas tal y como suceden, pero siempre con un mensaje optimista y esperanzador.
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