La crisis de suministros que está azotando a las economías de todos los países del planeta también tiene ganadores: las grandes compañías navieras están obteniendo beneficios récord debido al aumento de precios.
Así, según informa BBCMundo, la danesa Maersk, la empresa naviera más grande del planeta, ha registrado en el tercer trimestre del año los mejores resultados en sus 117 años de historia. Las ganancias antes de impuestos fueron de 5.900 millones de dólares, mientras que los ingresos alcanzaron los 16.600 millones.
También las navieras japonesas Nippon Yusen y Kawasaki Kisen Kaisha, la primera y tercera naviera más grande del país asiático, reportaron ganancias trimestrales récord, debido a las altas tarifas de los fletes, que llegaron a su nivel más alto desde 2008.
Las ganancias trimestrales de Nippon Yusen llegaron a 260 mil millones de yenes, alrededor de 2.287 millones de dólares, más de 25 veces la cantidad del año pasado y las ganancias del segundo trimestre de Kawasaki Kisen aumentaron casi 14 veces a 144 mil millones de yenes (1.267 millones de dólares aproximadamente) con respecto al año anterior.
Aumento de tarifas de hasta el 500%
Desde que comenzó la pandemia de la Covid-19, los atascos de los puertos afectan a toda la cadena logística del transporte, se producen grandes retrasos y las empresas acaban pagando más por el transporte de sus mercancías, un aumento de precio que eventualmente se traslada al consumidor. En algunas de las rutas marítimas más transitadas entre Asia y Estados Unidos, Europa o América Latina, las tarifas han llegado a subir más de 500%.
Simon Heaney, director senior de la unidad de investigación sobre contenedores de la consultora Drewry, le explica a BBC Mundo que, gracias a este aumento de tarifas, el sector naviero está registrando beneficios récord.
Entre 2000 y 2019, antes de la pandemia de la Covid-19, el sector registró ganancias por 83.500 millones de dólares BAIT (beneficios antes de intereses e impuestos).
Para este año, en plena crisis de pandemia y de escasez de suministros, las perspectivas para la industria naviera apuntan a que conseguiría ganancias por al menos 150.000 millones de dólares.
«Van a doblar en un año lo que obtuvieron en casi dos décadas», señala Heaney. El directivo advierte sin embargo que se trata de una situación excepcional y que, en general, el transporte marítimo de carga es considerado como «una industria de bajos márgenes que atrae pocos inversores».
Un negocio que no era tan rentable hasta ahora
Willy Shih, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, señala que el récord de ganancias de las navieras se debe a un tema de oferta y demanda en un sector caracterizado por altos y bajos. «La industria naviera ha tenido años de austeridad. Durante décadas no ha sido un negocio tan rentable por tener exceso de capacidad», ha explicado a BBC Mundo. «Es un negocio cíclico», agrega el investigador.
Todo apunta a que la crisis en las cadenas de suministros continuará el próximo año, no solo porque hay cuellos de botella en los puertos, sino también por la falta de mano de obra especializada, como por ejemplo camioneros, que son los encargados de llevar las mercancías desde los terminales portuarios a los centros de distribución.
La alternativa aérea
El transporte aéreo, en esta situación, emerge como alternativa necesaria. Algunas firmas ya han tenido que recurrir a este sistema para enviar sus productos, con el consiguiente incremento en el coste del transporte. Incluso el gigante Maersk ha comenzado a ampliar sus operaciones desde el mar hacia el aire, al comprar Senator International, un operador de carga con sede en Hamburgo, Alemania, que le dará más acceso a aviones, capacidad ferroviaria, almacenamiento, líneas de distribución y embalaje de productos.
Empresas estadounidenses como Nike, Crocs o Levi Strauss han pagado costos mayores para transportar algunos de sus productos en aviones.
Eso explica por qué ha comenzado a subir la demanda por transporte de carga aérea, una alternativa más costosa, pero que en un contexto desafiante como el actual, ha ganado espacio.
Según informa Air Charter Service, un flete transoceánico que utilice un Boeing 777 cuesta alrededor de dos millones de dólares, unos 1,7 millones de euros. Según los datos de este servicio de flete aéreo británico, antes de la pandemia el precio máximo era de unos 750.000 dólares, 645.000 euros.
Retos inminentes: el coste de la descarbonización
A pesar del auge de las acciones y del aumento de la rentabilidad, no todo son ganancias para las líneas navieras. El sector ya se enfrenta o está a punto de enfrentarse a costos más elevados que tienen que ver con la política medioambiental. Es probable que las líneas navieras tengan que hacer frente a nuevos gastos relacionados con los esfuerzos del sector marítimo en general para descarbonizar las operaciones. La Comisión Europea ha trazado una estrategia de descarbonización del transporte marítimo. En julio de este año se anunció la propuesta europea de introducir gradualmente el transporte marítimo en su Sistema de Comercio de Emisiones (ETS), un mercado de carbono que opera en todos los países de la UE con el objetivo de lograr la neutralidad climática en la UE para 2050. De acuerdo con el sistema, los emisores de carbono están obligados a pagar por cada tonelada de CO2 que generan mediante derechos de emisión de la UE (EUA). A partir de 2023, el 100% de las emisiones del transporte marítimo de los viajes intracomunitarios y el 50% de las emisiones de carbono en un viaje hacia o desde un puerto de la UE se incluirán en el ETS.
Recuerda que, para ayudarte a analizar el mercado de destino, Banco Sabadell pone a tu disposición Sabadell Go Export, la guía de servicios y asesoramiento que te ayudará a encontrar la información necesaria y los mejores partners para todo el proceso de internacionalización.
Si tienes cualquier duda o consulta, recuerda que estamos a tu disposición todos los días las 24 horas en el 963 085 000, en [email protected] o en nuestras redes sociales (Twitter, Facebook e Instagram).
Comentarios