La variante Ómicron y el brutal aumento de los contagios por coronavirus en toda Europa ha disparado todas las alarmas entre los inversores. La nueva variante ha llegado en un momento crítico, justo cuando estaba comenzando a repuntar la economía. Según los expertos, la perspectiva de crecimiento en la zona euro debe revisarse a la baja, a la espera de acontecimientos, y será bastante menor de lo que se había previsto.
Un reciente informe de Citi Bank, citado por Cinco Días, asegura que “el costo semanal oscilaría entre el 0,2% y el 0,5% del PIB trimestral de la eurozona, en comparación al 1% de los confinamientos anteriores”. El impacto consolidado, según este informe, podría llegar a ser de hasta el 2% del PIB de la zona euro en el cuarto trimestre. Esta caída, sin embargo, será más o menos intensa dependiendo de factores como son la duración de los confinamientos y la intensidad de los brotes. La relación entre el número de contagios y la reducción de la movilidad, indicador que se asocia al impacto del PIB, ha disminuido.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, anunció recientemente que ha rebajado al 4,2% el crecimiento de la eurozona en 2022, cuatro décimas por debajo de los cálculos de septiembre, debido al impacto de la nueva ola de contagios de Covid-19 propiciados por la variante Ómicron, y también a los elevados precios de la energía. Lagarde prevé también que la inflación se dispare hasta el 3,2% de media el año que viene.
Yves Bonzon, director de inversiones del banco suizo Julius Baer, afirma en Cinco Días que los mercados de deuda pública de la eurozona ya han reaccionado y los rendimientos de la deuda pública a 10 años han bajado unos diez puntos básicos: «Como solo estamos al principio de la temporada de invierno en el hemisferio norte, la situación probablemente empeorará antes de mejorar. Es posible que otros países adopten también medidas más estrictas», añade.
El sector servicios, especialmente afectado
Europa se enfrenta a una cuarta ola de infecciones y muchos gobiernos han estado alentando a los ciudadanos a quedarse en casa y evitar el contacto social innecesario. El índice Flash, compuesto por los gerentes de compras de IHS Markit y que es un buen indicador de la salud económica general, cayó a 53.4 en diciembre desde 55.4 en noviembre, su nivel más bajo desde marzo y por debajo del 54.0 pronosticado en una encuesta de Reuters, según informa esta agencia de noticias.
Estas cifras se deben en buena parte al PMI del sector servicios, que se hundió a un mínimo de ocho meses de 53.3 desde 55.9. Si bien superó la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción, no alcanzó la estimación de la encuesta de Reuters para 54.1. "La renovada caída en el PMI compuesto en diciembre sugiere que el crecimiento se desaceleró a medida que las restricciones más estrictas y la creciente cautela del consumidor están afectando la actividad económica, con el sector de servicios llevando la peor parte", asegura Michael Tran, de Capital Economics. El crecimiento de la demanda de servicios cayó a su nivel más bajo desde abril, cuando se contrajo, con el índice de nuevos negocios cayendo a 52.6 desde 54.2.
Las fábricas, generalmente menos afectadas por las restricciones del coronavirus, también sufrieron un poco y el PMI manufacturero cayó desde el 58,4 de noviembre a un mínimo de 10 meses de 58,0. El índice que mide la producción y que alimenta el PMI compuesto subió a 53,9 desde 53,8.
Previsiones a la baja también para España
El Banco de España también ha revisado a la baja las expectativas de crecimiento de la economía española para este 2021 y para 2022, como ya hicieron antes el INE y la OCDE. En concreto, el Banco de España reduce a un 4,5% el crecimiento del producto interior bruto (PIB) para este año –coincidiendo con la OCDE–, casi dos puntos menos que la previsión del mes de septiembre, cuando se situó el rebrote en el 6,3%. En cuanto al año que viene, el organismo estima que la economía crecerá un 5,4%, cuatro décimas menos de lo previsto en septiembre. En este caso, la revisión a la baja es más moderada que la de este año.
Del mismo modo que el resto de los organismos supervisores, las previsiones del Banco de España son mucho más pesimistas que las que recoge el gobierno español en su cuadro macroeconómico, y que por ahora no se han revisado. El ejecutivo estima que la economía crecerá un 6,5% este 2021 y mantiene que lo hará un 7% en 2022.
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