Desde que la ONU lo pusiese en marcha en 1967 para recordar la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y de respeto a los derechos humanos, esta jornada -que también persigue lograr avances en aquellos países en los que la población aún no está alfabetizada- ha ido ganando importancia. Se celebra cada 8 de septiembre y desde hace unos años se centra también en la importancia de mejorar la alfabetización digital.