La pandemia ha acelerado el ritmo de la transformación digital, lo cual es una noticia positiva para el conjunto de la sociedad. Sin embargo, con esta digitalización también se ha aumentado la exposición a los fraudes digitales, tanto a empresas como a particulares.
De todos los tipos de amenazas que existen, uno de los más comunes es la Ingeniería Social, y que el Instituto Nacional de Ciberseguridad Incibe define como “técnica que emplean los ciberdelincuentes para ganarse la confianza del usuario y conseguir así que haga algo bajo su manipulación y engaño, como puede ser ejecutar un programa malicioso, facilitar sus claves privadas o comprar en sitios web fraudulentos.”